Reconoce los síntomas y respuestas del trauma

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No siempre es fácil identificarnos como personas con “trauma no integrado” en el cuerpo. Podemos haber pasado años en terapia, y haber hecho muchos progresos, pero sin terminar de sentirnos plenos, completos y felices.

Y en ocasiones es porque ponemos la atención en el lugar erróneo. Pensamos que para sanar tenemos que superar un trauma del pasado. Hay que SUPERAR ese evento que nos sucedió.

Y desde la psicología cognitivo-conductual tradicional va a ser muy complicado sanar el trauma no integrado. Porque el bloqueo no está en nuestra cognición, ni en nuestro comportamiento, ni en nuestras emociones…

Por eso, cuando empezamos a sanar realmente, es muy probable que vengamos de un largo camino de haber probado muchas terapias. Nada nos ha funcionado, así que ya no nos importan las terapias o las herramientas, queremos que alguien nos guie en el verdadero camino a la sanación.

Nuestra mente y nuestras emociones no tienen nada de malo. Incluso los comportamientos dañinos y adictivos no tienen nada de malo. Nuestra totalidad (cuerpo, mente, espíritu) sólo está reaccionando de la manera en que está diseñada para reaccionar.

Tenemos que entender que le trauma no integrado reside en el cuerpo. En nuestras células, músculos, órganos, e incluso en el ADN.

Y mientras no pongamos la atención en el cuerpo, éste seguirá reaccionando con respuestas traumáticas y reactivas ante cualquier cosa que nos desequilibre. Y no está funcionando mal. El cuerpo tampoco es el problema. Reacciona así para mantenerlos a salvo.

De hecho, nuestro cuerpo es una herramienta totalmente perfecta.

Lo que debemos sanar es la forma en que nuestro sistema nervioso se sigue poniendo en estado de supervivencia aún cuando ya no hay ningún peligro. Aún cuando ahora, en este instante, estamos a salvo.

El estado de supervivencia se “activó” en algún momento de la infancia, cuando no pudimos defendernos ni escapar de una situación que duró demasiado tiempo o que no pudimos sostener porque fue demasiado sobrecogedora.

Por lo general, cuando nos ocurre algo así, podemos “salir” de ese estado y volver a la calma y la regulación. Pero en la infancia no tenemos las herramientas necesarias, y nos quedamos estancados en ese estado. Por eso se trata de TRAUMA NO INTEGRADO. No pudimos integrarlo y se estancó en el cuerpo.

Ahora es el momento de empezar a identificar nuestros síntomas y respuestas traumáticas para aprender a regular nuestro sistema nervioso. Y que deje de llevarnos a un estado de alarma y de supervivencia casi en cualquier situación que se escape de nuestro control.

EMOCIONAL

• Desconexión de las emociones
• Recuerdos sin contenido emocional
• Insensibilidad emocional
• Emociones desbordadas “sin causa”
• Reactividad emocional
• Pérdida de confianza
• Vergüenza / Miedo / Tristeza
• Impulsividad
• Ansiedad / Depresión

SOMÁTICO

• Pérdida del sentido de sí mismo
• Desconexión del cuerpo
• Disociación
• Poca conciencia del cuerpo
• Poca atención al cuerpo
• Maltrato al cuerpo
• Activación e hiper vigilancia
• Entumecimiento
• Sentirse en peligro

COGNITIVO

• Hablar mucho y muy rápido
• No hablar ni mostrarse
• Obsesivo / Perfeccionista
• Ser muy crítico con uno mismo
• Juzgar a los demás
• Dificultad en tomar decisiones
• Culpar a los demás
• Control
• Rumiarlo todo
• Mentir

IDENTIDAD

• Confusión en la identidad
• Pensar que no soy adecuado
• Pensar que hay algo malo en mi
• Identificarme con mi pasado
• Identificarme con mi enfermedad
• Tener “partes” negadas
• Ocultar esas partes negadas
• Valores poco claros

VÍNCULOS

• No poder confiar en nadie
• Dificultades para conectar
• Sentirse solo en el mundo
• Pérdida de intimidad e identidad
• Incapacidad de poner límites
• No percibir las señales de peligro
• Vergüenza social
• Soledad
• Codependencia

RESPUESTAS

• Disociación
• Huir de la realidad
• Adicciones (comida, drogas…)
• Ciclo urgencia / parálisis
• Procrastinación
• Disculparse
• Adular / complacer
• Aislamiento
• Evitar conflictos

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