betaespera

Consejos para pasar una betaespera sin volverte loca

[blank h=”30″ hide_low_res=”” class=””]

[/blank]

[column width=”1/1″ last=”true” title=”” title_type=”single” animation=”none” implicit=”true”]

Si has pasado por un tratamiento de fertilidad sabrás lo que es una betaespera. Si no… técnicamente, “es el periodo que transcurre desde que la paciente se hace el tratamiento de reproducción asistida, ya sea por inseminación artificial o a través de la transferencia de embriones cuando se trata de una fecundación in vitro, hasta el día que se obtienen los resultados del tratamiento, en el que la prueba puede ser positiva o negativa”.

Psicológicamente es otra historia. Es el periodo que transcurre entre que la paciente se hace el tratamiento de fertilidad hasta  el día en que obtiene su positivo o negativo. O en otras palabras. Los quince días que pasan desde el tratamiento hasta que sabes si ha tenido éxito. Lo que significaría que estás embarazada.

Os cuento lo que me sirvió a mí para no volverme loca en esos 15 días llenos de estrés y ansiedad.

Consejos para no volverte loca en la betaespera

Primero: No hipervigilar tu cuerpo

Este fue mi primer error. Hipervigilar mi cuerpo continuamente. Ponía toda la atención en mi cuerpo y en cualquier mínimo cambio o “señal”. Esto aumenta mucho la ansiedad, sobre todo si tenemos en cuenta que una mujer con unos pocos días de embarazo no tiene síntomas.

En las siguientes betaesperas me centré en pensar que cualquier cosa “anómala” que pudiera sentir en mi cuerpo respondía a los efectos secundarios de meses de pincharme hormonas, a la progesterona y a los nervios de haber pasado por una intervención. Si sentía algo “raro” me concentraba en mi cuerpo, pero no para vigilar, sino para relajarme. Me tumbaba, respiraba profundamente, sentía esas sensaciones… Y a otra cosa.

Segundo: No buscar en Google los “supuestos” síntomas que crees que tienes

El segundo error que viene obligatoriamente después del primero es buscar compulsivamente en Google todos esos síntomas de embarazo que “creía” tener… Probablemente esto fue lo que me generó más ansiedad. Y más si tenemos en cuenta que si pones en Google “dolor de cabeza día 5 betaespera” pueden aparecer miles de respuestas de foros de todo el mundo. Y no nos engañemos, ¿qué nos puede aportar algo así?

En las siguientes betaesperas asumí que todos los síntomas que podía tener eran fruto del tratamiento. Y que las respuestas que pudiese leer en Internet provenían de otras mujeres en el mismo estado de desesperación que yo. Leerlas sólo me generaba más confusión. Y para acabar con la confusión, buscama más respuestas. Así que dejé de buscar en Internet. Hay que cortar por lo sano.

Tercero: Abrazar la incertidumbre

Abrazar al incertidumbre es un paso complicado. No imposible, pero complicado.  No nos engañemos. Lo es en una situación normal, ¿cómo no lo va a ser en una betaespera?

Abrazar la incertidumbre es uno de los pasos que según las tradiciones orientales tenemos que conseguir para alcanzar un estado de paz y de sabiduría. Abrazar la incertidumbre implica no esperar nada. No anticipar nada. No desear ningún resultado… Significa quedarte con lo que hay en cada momento. Y mantener la actitud del “no sé”.

Yo practique mucho este paso. Cada vez que me entraba la angustia me decía a mí misma, “no sé”. Un “no sé” es mucho mejor que un negativo. Un “no sé” es abrazar lo que hay en este momento. Y te ayuda a no dejarte llevar por pensamientos de miedo y ansiedad.

Cuarto: Siente, siente, siente

Durante la betaespera sentimos un millón de cosas. Nuestro cuerpo lleva semanas “recibiendo” hormonas artificiales, progesterona, pruebas, ecografías… Y podemos sentirnos en una montaña rusa. Arriba y abajo, arriba y abajo, arriba y abajo…

Mi consejo es no tratar de “anestesiar” las emociones. Si estás triste, llora. Si estás enfada, grita. Si sientes miedo y ansiedad, llama a una amiga… Muchas veces mantenemos en secreto estos procesos. Y es normal. No queremos que nos pregunten, no queremos que la familia se haga ilusiones. No queremos que salga mal y nos estén diciendo que lo sienten… Pero siempre hay alguien en quien podemos confiar. Yo se lo conté a dos amigas. Fueron las únicas que lo supieron hasta que ya estaba de casi 20 semanas. Y cuando me sentía mal las llamaba o las escribía. Me dieron muchos ánimos y mucha fuerza.

Quinto: Comunícate con tu pareja

Los procesos de fertilidad pueden ser una fuente de conflicto en la pareja. Más que nada porque la “balanza” no está nivelada. La  mujer pasa por todo, y el hombre no tiene que hacer mucho. Y eso crea mucha frustración.

En mi caso, y por culpa del trabajo, yo tenía que ir sola a todas las revisiones y a todas las pruebas. Incluso cuando me dijeron que tenía un “huevo huero” y me mandaron para urgencias para programar un legrado, estaba sola. Iba llorando por los pasillos. Entre la mala noticia y el cóctel de hormonas que llevaba en el cuerpo, no podía contenerme… Menos mal que me crucé con la celadora que se portó muy bien.

Así que es muy importante que podamos confiar en nuestra pareja y contarles cómo nos sentimos. Muchas veces ellos también se sienten impotentes por no poder hacer más. O simplemente no pueden comprendernos porque no están en nuestro cuerpo. Y cuanto más silencio haya, más frustración y más “ataques” sin fundamento.  No me atrevo a decirte que estoy enfadada por no haber venido conmigo, así que me cabreo como una mona porque no has puesto el lavavajillas.

Sexto: Comparte tu experiencia

En este punto habrá muchas opciones. Habrá  mujeres que lo compartan con los amigos y la familia. Y habrá muchas mujeres que lo mantenga en secreto…

¿Mi consejo? Necesitamos compartir esta experiencia como sea. En mi caso me abrí un perfil en Instagram “anónimo” y empecé a seguir a otras mujeres que estaban en mi misma situación. Y eso me ayudó un montón. Esa sensación de “tribu”, de grupo, de compartir la experiencia con otras mujeres que están pasando por lo mismo,  es muy sanadora.

En mi caso estaba yendo a terapia, y contaba con esta “tribu” virtual a través de mi perfil en Instagram que pasó de ser “futura mamá y terapueta”, a @mama_y_terapeuta.

Séptimo: Relájate, descansa, duerme

Es complicado decirle a una mujer durante la betaespera que se relaje. Por definición, son dos semanas en las que nuestro cuerpo está muy activo, en alerta, escaneando cualquier cambio…

Pero es importante relajarse, descansar meditar. ¿Mi consejo? Hay muchas aplicaciones para el móvil que te enseñan a meditar. Descargate una y dedícale 20 minutos al día a desconectar de todo y meditar. Regálate esos minutos para ti. Además de que la práctica de la meditación te ayudará a afrontar mejor cualquiera que sea el resultado de la betaespera.

Cuanto más relajada estés, más alegre, más positiva… Más receptivo estará tu cuerpo para acoger a esos embriones que te han implantado. Hace unos días una enfermera que estaba en mi grupo de lactancia nos contaba que están haciendo un estudio en su hospital para determinar qué factores eran más determinantes en el éxito de los tratamientos de reproducción asistida. Y el estrés era el primero que se relaciona con el fracaso de los tratamientos. Así que trata de mantenerlo alejado de ti.

Octavo: Distráete con actividades gratificantes

Durante la betaespera es muy importante distraerse. Cuanto menos pienses en el futuro resultado de la prueba, mejor te irá. ¿Y cómo hacer para no pensar durante estos días? Haz cosas que te gusten. Mantente ocupada para que tu mente no te juegue malas pasadas y te lleve a la espiral de ansiedad que suele conllevar estos procesos.

A mí me gustaba salir a pasear una hora al día, ver series de Netflix, leer, salir de terracitas, hacer yoga, estar con los amigos, ir al cine… Si estás trabajando, durante la semana estarás bastante ocupada y con poco tiempo de “comerte la cabeza”. Pero llega el fin de semana… y ahí podemos decaer. Así que organiza planes chulos con tu pareja y disfruta.

Noveno: Mantente activa y aliméntate bien

Como ya te he dicho, cuanto más relajado, “sano”, alegre… esté tu cuerpor, más probabilidades de que ese embrión se quede contigo. Las dudas se suelen apoderar de nosotras en estos días: ¿Puedo hacer ejercicio?, ¿Puedo comer de todo?, ¿Si hago ejercicio puedo perder a mi embrión?…

Yo no dejé de moverme a partir de las 48 horas de las IAs que me hicieron. No corría una maratón, pero si andaba una hora diaria y no perdonaba mis clases de yoga. El yoga me aporta mucha paz mental. Además de que mi cuerpo está más relajado, flexible, sin contracturas… Así que iba a mis dos clases semanales, y en casa practicaba un rato todos los días.

Y la alimentación… Pues ya sabes… cero alcohol, tabaco, ultraprocesados. Es muy difícil controlar la alimentación cuando se tiene mucho estrés, ya que suele ser una válvula de escape muy socorrida. Pero es importante cuidar nuestro cuerpo. Es nuestro templo y será el hogar de nuestro futuro bebé. Yo tomaba mucha fruta, infusiones, pescado, frutos secos. Y si de vez en cuando te lo quieres saltar, no te sientas culpable!!

Décimo: Pide ayuda si lo necesitas

Todos estos consejos están muy bien. A mí me ayudaron a sobrevivir mis betaesperas. Pero yo fui a terapia durante todo este tiempo. Durante todo el tratamiento de fertilidad y el embarazo. Ya que el embarazo suele ser bastante duro para las mujeres que han pasado por procesos de fertilidad. Yo  no me pude relajar hasta la semana 20 cuando ya veía que no había nada que pudiese parar a mi bebé.

Y la terapia me ayudó muchísimo. No creo que ahora fuese mamá si no llega a ser por la terapia.  Estos procesos generan mucha frustración, culpa, soledad, rabia, tristeza, duelos… Y necesitamos un espacio seguro donde compartir todo lo que nos está pasando. Y más cuando muchas de esas cosas no las podemos compartir con la pareja. Y a todo esto hay que sumar que en muchos casos estos procesos se llevan “es secreto”.

Si me tuviera que quedar con un solo consejo, sería este. No pases por esto sola. Busca a alguien que te pueda acompañar durante el proceso. Además, podrás ser conscientes de las creencias inconscientes que pueden estar bloqueando la posibilidad de un embarazo. Y créeme que son muchas. Yo tuve que “trabajar” mucho la relación con mi madre, mi infancia, las lealtades familiares, mis creencias sobre cómo sería como madre… Y un sinfín de cosas que tuve que “limpiar” para dejar paso a mi pequeño tesoro.

Si te interesa conocer mi trabajo, puedes informarte aquí.

¡Suerte!

[/column]

[blank h=”5″ hide_low_res=”false” class=””]

[/blank]

[column width=”1/1″ last=”true” title=”” title_type=”single” animation=”none” implicit=”true”]

Fotografía: Ben White

[/column]

[blank h=”30″ hide_low_res=”” class=””]

[/blank]

3 comentarios en “Consejos para pasar una betaespera sin volverte loca”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
Hola 👋
¿En qué puedo ayudarte?